"Estoy convencido de que la inmensa mayoría de los ciudadanos, quieren un diálogo sereno que desemboque en un pacto"
Ante los últimos acontecimientos ocurridos en el Principat de Catalunya, S.M. Don Carlos Javier I de Borbón Parma, dirige el siguiente comunicado institucional, como representante de la Monarquía histórica Hispánica, de la que es heredera la Dinastía Carlista.
Ante los últimos acontecimientos ocurridos en el Principat de Catalunya, S.M. Don Carlos Javier I de Borbón Parma, dirige el siguiente comunicado institucional, como representante de la Monarquía histórica Hispánica, de la que es heredera la Dinastía Carlista.
S.M. DON CARLOS JAVIER DE BORBÓN PARMA / L.D.
05 de octubre de 2017
A
mis queridos carlistas:
Durante
los últimos meses, y especialmente desde el pasado mes de agosto en
el cual el terrorismo golpeó criminalmente Barcelona, ciudad a la
que tengo especial afecto y de la que no puedo hablar si no es con
extremo cariño por ser la ciudad en la que falleció mi padre,
Carlos Hugo, y en la que el año pasado os presenté a mi hijo,
Carlos Enrique; he estado muy pendiente de los acontecimientos que se
sucedían en las Españas sin querer manifestarme por tener la
esperanza de que los políticos elegidos democráticamente por todos
los ciudadanos cumplirían con sus obligaciones buscando el encuentro
y no el enfrentamiento.
Lamentablemente
no ha sido así, y ante los acontecimientos que se vienen
desarrollando, consciente de las obligaciones que recaen sobre mi
como representante del legado histórico de la Dinastía carlista,
con la memoria de mis antecesores, con la lealtad sacrificada y
persistente que hacia ellos mostraron miles y miles de españoles
durante dos siglos, y en definitiva con el significado histórico del
Carlismo, pero también como ciudadano español y europeo, me impelen
a trasladar y compartir con vosotros las siguientes reflexiones con
el fin de contribuir a esbozar un camino diferente al del
enfrentamiento ya previsto.
Recordemos
nuestra propuesta tradicional, que es más necesaria que nunca. El
federalismo, como expresión actualizada de la foralidad de los
viejos reinos, es la solución que puede encauzar las aspiraciones de
las distintas nacionalidades que conviven en las Españas.
El
momento concreto que vivimos es preocupante. La situación que se da
en Cataluña está demostrando que las autoridades políticas, tanto
del Gobierno español como las de la Generalitat, nos conducen a un
escenario de confrontación y fractura. Y en ningún caso es
admisible que aquellos que tienen la responsabilidad de gobernar
pierdan el control sobre los acontecimientos.
La
crisis abierta actualmente ha tomado tal deriva que es preciso
recordar que la prioridad fundamental que hay que defender, y
defender desde ambos lados del conflicto, es la Concordia. Si esa
concordia se rompe desaparecerá todo lo demás, desaparecerá la
legalidad, desaparecerá el sentido de comunidad y desaparecerá la
posibilidad de solucionar cualquier tipo de problema, abriéndose
paso en nuestras queridas
Españas toda clase de sentimientos negativos de los que serán
esclavas las generaciones futuras. Estoy convencido de que la inmensa
mayoría de los ciudadanos, quieren un diálogo sereno que desemboque
en un pacto. Y este acuerdo aun es posible dentro del marco de una
Constitución actualizada y del respeto a las aspiraciones del pueblo
catalán. Este diálogo, desde la voluntad de lograr la concordia,
debe tener lugar ahora, antes de que sea demasiado tarde. Estoy
seguro que así, y solo así, se alcanzará la paz inmediata, futura
y duradera.
Por
todo lo expuesto, pido a mis leales carlistas que, cualquiera que
sean sus sentimientos y sensibilidades, se abstengan de participar en
actos de enfrentamiento que puedan producirse, y que ante cualquier
conato de violencia ofrezcan, en la medida de sus posibilidades, su
mediación. No seamos nosotros los que polaricemos la situación.
Debemos de ser la voz de la calma y de la razón. Comprendo las
profundas emociones que la situación de hoy puede desencadenar, pero
debemos mirar a nuestra Historia y sacar las lecciones que ella nos
ofrece. La violencia no lleva a soluciones duraderas.
Pido
a todos los españoles que miren a su alrededor y comprendan que no
existe ningún "ellos" porque todos somos un "nosotros".
Pido
a los representantes políticos que tengan la valentía y la grandeza
de reconducir la peligrosa situación a la que han llevado a Cataluña
y al resto de las Españas, por las vías de la concordia y de la
negociación.
Mi
profunda solidaridad con quienes están sufriendo las consecuencias
del enfrentamiento creado por este clima de tensión.
Dado
a 5 de Octubre de 2017
S.M. DON CARLOS JAVIER DE BORBÓN PARMA / L.D.
05 de octubre de 2017
A
mis queridos carlistas:
Durante
los últimos meses, y especialmente desde el pasado mes de agosto en
el cual el terrorismo golpeó criminalmente Barcelona, ciudad a la
que tengo especial afecto y de la que no puedo hablar si no es con
extremo cariño por ser la ciudad en la que falleció mi padre,
Carlos Hugo, y en la que el año pasado os presenté a mi hijo,
Carlos Enrique; he estado muy pendiente de los acontecimientos que se
sucedían en las Españas sin querer manifestarme por tener la
esperanza de que los políticos elegidos democráticamente por todos
los ciudadanos cumplirían con sus obligaciones buscando el encuentro
y no el enfrentamiento.
Lamentablemente
no ha sido así, y ante los acontecimientos que se vienen
desarrollando, consciente de las obligaciones que recaen sobre mi
como representante del legado histórico de la Dinastía carlista,
con la memoria de mis antecesores, con la lealtad sacrificada y
persistente que hacia ellos mostraron miles y miles de españoles
durante dos siglos, y en definitiva con el significado histórico del
Carlismo, pero también como ciudadano español y europeo, me impelen
a trasladar y compartir con vosotros las siguientes reflexiones con
el fin de contribuir a esbozar un camino diferente al del
enfrentamiento ya previsto.
Recordemos
nuestra propuesta tradicional, que es más necesaria que nunca. El
federalismo, como expresión actualizada de la foralidad de los
viejos reinos, es la solución que puede encauzar las aspiraciones de
las distintas nacionalidades que conviven en las Españas.
El
momento concreto que vivimos es preocupante. La situación que se da
en Cataluña está demostrando que las autoridades políticas, tanto
del Gobierno español como las de la Generalitat, nos conducen a un
escenario de confrontación y fractura. Y en ningún caso es
admisible que aquellos que tienen la responsabilidad de gobernar
pierdan el control sobre los acontecimientos.
La
crisis abierta actualmente ha tomado tal deriva que es preciso
recordar que la prioridad fundamental que hay que defender, y
defender desde ambos lados del conflicto, es la Concordia. Si esa
concordia se rompe desaparecerá todo lo demás, desaparecerá la
legalidad, desaparecerá el sentido de comunidad y desaparecerá la
posibilidad de solucionar cualquier tipo de problema, abriéndose
paso en nuestras queridas
Españas toda clase de sentimientos negativos de los que serán
esclavas las generaciones futuras. Estoy convencido de que la inmensa
mayoría de los ciudadanos, quieren un diálogo sereno que desemboque
en un pacto. Y este acuerdo aun es posible dentro del marco de una
Constitución actualizada y del respeto a las aspiraciones del pueblo
catalán. Este diálogo, desde la voluntad de lograr la concordia,
debe tener lugar ahora, antes de que sea demasiado tarde. Estoy
seguro que así, y solo así, se alcanzará la paz inmediata, futura
y duradera.
Por
todo lo expuesto, pido a mis leales carlistas que, cualquiera que
sean sus sentimientos y sensibilidades, se abstengan de participar en
actos de enfrentamiento que puedan producirse, y que ante cualquier
conato de violencia ofrezcan, en la medida de sus posibilidades, su
mediación. No seamos nosotros los que polaricemos la situación.
Debemos de ser la voz de la calma y de la razón. Comprendo las
profundas emociones que la situación de hoy puede desencadenar, pero
debemos mirar a nuestra Historia y sacar las lecciones que ella nos
ofrece. La violencia no lleva a soluciones duraderas.
Pido
a todos los españoles que miren a su alrededor y comprendan que no
existe ningún "ellos" porque todos somos un "nosotros".
Pido
a los representantes políticos que tengan la valentía y la grandeza
de reconducir la peligrosa situación a la que han llevado a Cataluña
y al resto de las Españas, por las vías de la concordia y de la
negociación.
Mi
profunda solidaridad con quienes están sufriendo las consecuencias
del enfrentamiento creado por este clima de tensión.
Dado
a 5 de Octubre de 2017
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