Para una decisión electoral, prima el tema económico
Muchos de los afectados por la crisis económica, no son capaces de discernir y comprender su situación personal con el contexto económico que vive el país, realizar un análisis serio y votar en consecuencia, porque se pierden en diatribas y disquisiciones ornamentales.
Muchos de los afectados por la crisis económica, no son capaces de discernir y comprender su situación personal con el contexto económico que vive el país, realizar un análisis serio y votar en consecuencia, porque se pierden en diatribas y disquisiciones ornamentales.
El incremento del paro, los desahucios y las subidas de
impuestos y recibos como la energía, agua y teléfono es algo que nos afecta
directamente, pero algunos no son capaces de relacionarlo con la situación
económica en la que nos encontramos.
La masa social derechista, aquella que su voto es liberal,
conservador, o incluso en aquellos llamados tradicionalistas, muchos de ellos
se niegan a votar a grupos políticos de izquierdas aunque se digan
anticapitalistas.
Pugna por la
rivalidad ideológica: Izquierda y extrema derecha
El anticapitalismo es un fenómeno social como respuesta a la
acumulación de recursos en pocas manos por parte de la oligarquía, derivado del
empobrecimiento que supone la dinámica de este sistema en la población con
mayor dificultad para la “picaresca emprendedora”. No todo el mundo está dispuesto
a vivir bajo las reglas y exigencias del capitalismo. Pero aunque no se quiera,
sus efectos los padecen millones de habitantes en el mundo, y tu eres uno de
ellos, apreciado lector.
Surgen en el panorama político diversos grupos
anticapitalistas, sobretodo en la izquierda. La extrema derecha no sabe lo que
es, a veces también se presenta como anticapitalista, pero cuando sube al poder
pacta con la derecha neocapitalista. Luego no es oro todo lo que reluce.
Sociología del
carlismo
En el fenómeno carlista también ocurre este hecho. La
sociología política del carlismo es tan amplia que los hay que se llaman
carlistas y son muy tradicionalistas, muy religiosos. Aunque se dicen anticapitalistas,
por diversas razones muchos de ellos, terminan votando al PP o a VOX. Para
ellos lo más importante es la lucha por la vida y contra el aborto, aunque
estén en paro, al borde del desahucio y en una penosa situación económica. No
se quieren dar cuenta que el capitalismo les ha abortado su vida. En lugar de
escuchar las propuestas de las formaciones izquierdistas (el PSOE = derecha) y
venirse a razones, tratando de empatizar, incluso de personalizar su situación
con las reivindicaciones de protesta social; su reacción es tajante y
masoquista: “NO a la izquierda, sean cuales fueren sus propuestas, la vida de
millones de no nacidos está en peligro”, “No al aborto”, “No al matrimonio gay”.
Toda una retaila de noes que les llevan a la marginalidad más absoluta, como le
ocurre a los del Palmar de Troya.
No se quieren dar cuenta que los males que existen en
nuestra sociedad provienen de la dinámica e impacto del sistema de explotación
capitalista.
Los votantes del PP,
Ciudadanos y PSOE
Son simplemente neoliberales, quieren una economía basada en
el sistema capitalista al que no tienen intención de sustituir por otro, ni
siquiera limitar. El PSOE ni siquiera es un partido socialdemócrata, pues para
ello debían enarbolar los principios de economía mixta con la defensa de los
sectores estratégicos de la economía en manos estatales.
Muchos de los electores de estos partidos a quienes perjudica
gravemente la crisis económica están dispuestos a seguir votándoles, porque se
consideran liberales: liberal conservadores, liberal centristas, y social
liberales. Su liberalismo no es más que neoliberalismo extrapolable a la
defensa de la globalización neoliberal capitalista y la privatización de la
economía.
Estos votantes son muy inconscientes de lo que se está
haciendo con nuestro país al hacerlo depender cada vez más de decisiones de
personas y grupos económicos que NO se presentaron nunca a las elecciones, como
son los representantes de la BANCA y las MULTINACIONALES o las Agencias de
Calificación.
Fuerzas pro Troyka y
anti Troyka
La realidad del panorama político español dirime un tema estrictamente
económico: Bienestar&Recortes.
Los Pesoistas afirman que para conseguir el bienestar es
necesario recortar, esto también lo dicen los Conservadores del PP y los
liberales de Ciudadanos. Nos piden a los ciudadanos realizar esfuerzos,
apretarnos el cinturón, pero no exigen absolutamente nada a la oligarquía
capitalista que ellos mismos representan con sus decisiones arbitrarias.
Los partidos pro Troika (PP-PSOE-Ciudadanos) patrocinadores de recortes y de la entrega de
la soberanía económica y política, no sólo a la Unión Europea sino a los
Tenedores de Usura que vienen multiplicando la deuda desde comienzos de la
crisis, se han encontrado con la aparición de las fuerzas que ellos denominan
como “comunistas”. Ya los liberales en el siglo XIX se referían así a los
carlistas en el Manifiesto de la Garriga.
¿Con qué fuerzas se alinea el carlismo sociológico? Con
aquellas que defienden La Troyka capitalista de recortes y derechos sociales:
vivienda, sanidad, pensiones, trabajo; o con aquellas que pretenden poner límites
a los abusos privatizadores y recortadores para garantizar el regreso del
incremento de los ingresos públicos (empresas públicas de los diferentes
sectores estratégicos de la economía), con el objetivo de alcanzar los
beneficios públicos a través de una balanza de pagos positiva que permitan unos
Ingresos Públicos superiores a los Gastos Públicos.
Carlismo
Anticapitalista
Siempre el carlismo fue un movimiento popular
anticapitalista porque adivinó desde el principio los efectos perniciosos de la
desamortización comunal. Las privatizaciones desamortizadoras habían comenzado
en menor escala a final del periodo del despotismo ilustrado llevándose a cabo
en tiempos de los reyes Carlos III, Carlos IV o Fernando VII.
Decir carlismo, es decir anticapitalismo, es defender el
socialismo autogestionario. Socialistas fueron nuestros reyes carlistas. Algunos
de ellos se sintieron y se declararon socialistas, como Don Jaime III o Don
Carlos Hugo I. Otros simplemente se sintieron sin mencionarlo.
El incremento del paro, los desahucios y las subidas de
impuestos y recibos como la energía, agua y teléfono es algo que nos afecta
directamente, pero algunos no son capaces de relacionarlo con la situación
económica en la que nos encontramos.
La masa social derechista, aquella que su voto es liberal,
conservador, o incluso en aquellos llamados tradicionalistas, muchos de ellos
se niegan a votar a grupos políticos de izquierdas aunque se digan
anticapitalistas.
Pugna por la
rivalidad ideológica: Izquierda y extrema derecha
El anticapitalismo es un fenómeno social como respuesta a la
acumulación de recursos en pocas manos por parte de la oligarquía, derivado del
empobrecimiento que supone la dinámica de este sistema en la población con
mayor dificultad para la “picaresca emprendedora”. No todo el mundo está dispuesto
a vivir bajo las reglas y exigencias del capitalismo. Pero aunque no se quiera,
sus efectos los padecen millones de habitantes en el mundo, y tu eres uno de
ellos, apreciado lector.
Surgen en el panorama político diversos grupos
anticapitalistas, sobretodo en la izquierda. La extrema derecha no sabe lo que
es, a veces también se presenta como anticapitalista, pero cuando sube al poder
pacta con la derecha neocapitalista. Luego no es oro todo lo que reluce.
Sociología del
carlismo
En el fenómeno carlista también ocurre este hecho. La
sociología política del carlismo es tan amplia que los hay que se llaman
carlistas y son muy tradicionalistas, muy religiosos. Aunque se dicen anticapitalistas,
por diversas razones muchos de ellos, terminan votando al PP o a VOX. Para
ellos lo más importante es la lucha por la vida y contra el aborto, aunque
estén en paro, al borde del desahucio y en una penosa situación económica. No
se quieren dar cuenta que el capitalismo les ha abortado su vida. En lugar de
escuchar las propuestas de las formaciones izquierdistas (el PSOE = derecha) y
venirse a razones, tratando de empatizar, incluso de personalizar su situación
con las reivindicaciones de protesta social; su reacción es tajante y
masoquista: “NO a la izquierda, sean cuales fueren sus propuestas, la vida de
millones de no nacidos está en peligro”, “No al aborto”, “No al matrimonio gay”.
Toda una retaila de noes que les llevan a la marginalidad más absoluta, como le
ocurre a los del Palmar de Troya.
No se quieren dar cuenta que los males que existen en
nuestra sociedad provienen de la dinámica e impacto del sistema de explotación
capitalista.
Los votantes del PP,
Ciudadanos y PSOE
Son simplemente neoliberales, quieren una economía basada en
el sistema capitalista al que no tienen intención de sustituir por otro, ni
siquiera limitar. El PSOE ni siquiera es un partido socialdemócrata, pues para
ello debían enarbolar los principios de economía mixta con la defensa de los
sectores estratégicos de la economía en manos estatales.
Muchos de los electores de estos partidos a quienes perjudica
gravemente la crisis económica están dispuestos a seguir votándoles, porque se
consideran liberales: liberal conservadores, liberal centristas, y social
liberales. Su liberalismo no es más que neoliberalismo extrapolable a la
defensa de la globalización neoliberal capitalista y la privatización de la
economía.
Estos votantes son muy inconscientes de lo que se está
haciendo con nuestro país al hacerlo depender cada vez más de decisiones de
personas y grupos económicos que NO se presentaron nunca a las elecciones, como
son los representantes de la BANCA y las MULTINACIONALES o las Agencias de
Calificación.
Fuerzas pro Troyka y
anti Troyka
La realidad del panorama político español dirime un tema estrictamente
económico: Bienestar&Recortes.
Los Pesoistas afirman que para conseguir el bienestar es
necesario recortar, esto también lo dicen los Conservadores del PP y los
liberales de Ciudadanos. Nos piden a los ciudadanos realizar esfuerzos,
apretarnos el cinturón, pero no exigen absolutamente nada a la oligarquía
capitalista que ellos mismos representan con sus decisiones arbitrarias.
Los partidos pro Troika (PP-PSOE-Ciudadanos) patrocinadores de recortes y de la entrega de
la soberanía económica y política, no sólo a la Unión Europea sino a los
Tenedores de Usura que vienen multiplicando la deuda desde comienzos de la
crisis, se han encontrado con la aparición de las fuerzas que ellos denominan
como “comunistas”. Ya los liberales en el siglo XIX se referían así a los
carlistas en el Manifiesto de la Garriga.
¿Con qué fuerzas se alinea el carlismo sociológico? Con
aquellas que defienden La Troyka capitalista de recortes y derechos sociales:
vivienda, sanidad, pensiones, trabajo; o con aquellas que pretenden poner límites
a los abusos privatizadores y recortadores para garantizar el regreso del
incremento de los ingresos públicos (empresas públicas de los diferentes
sectores estratégicos de la economía), con el objetivo de alcanzar los
beneficios públicos a través de una balanza de pagos positiva que permitan unos
Ingresos Públicos superiores a los Gastos Públicos.
Carlismo
Anticapitalista
Siempre el carlismo fue un movimiento popular
anticapitalista porque adivinó desde el principio los efectos perniciosos de la
desamortización comunal. Las privatizaciones desamortizadoras habían comenzado
en menor escala a final del periodo del despotismo ilustrado llevándose a cabo
en tiempos de los reyes Carlos III, Carlos IV o Fernando VII.
Decir carlismo, es decir anticapitalismo, es defender el
socialismo autogestionario. Socialistas fueron nuestros reyes carlistas. Algunos
de ellos se sintieron y se declararon socialistas, como Don Jaime III o Don
Carlos Hugo I. Otros simplemente se sintieron sin mencionarlo.
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