¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Desde el año 1909 no ocurría semejante situación, donde lo que produce el país (PIB) es inferior a sus deudas, a lo que debe. Significa que no somos capaces de devolver lo que nos han prestado, que por mucho que produzcamos, jamás seremos capaces de afrontar esta deuda creciente.
Desde el año 1909 no ocurría semejante situación, donde lo que produce el país (PIB) es inferior a sus deudas, a lo que debe. Significa que no somos capaces de devolver lo que nos han prestado, que por mucho que produzcamos, jamás seremos capaces de afrontar esta deuda creciente.

Fuente: EL PAÍS
Los liberales, hoy neoliberales,
responden cínicamente por la crisis económica que atravesamos sin hacerse la
pregunta de ¿por qué hemos llegado a esta crisis económica y por qué nos está
afectando tanto?
Se nos explica a los economistas, que los
países durante el antiguo régimen eran dependientes del ciclo climático que
afecta al desarrollo de los cultivos y la productividad de la tierra. En este
sentido, la dependencia era exclusivamente con
el medio ambiente. Cada país desarrollaba su capacidad de autogestión
para alcanzar la soberanía alimentaria desde un punto de vista feudal que se ha
vuelto a poner de moda en las tesis de los economistas decrecentistas
defensores de una economía circular, que promueve el reciclaje y el consumo
necesario y responsable, no superfluo.
En los años 60 España pasó al desarrollismo
dirigido por la tecnocracia franquista. Se trataba de situar el país en el
entorno de las economías occidentales capitalistas y para ello se promovió una
rápida industrialización que afectó a la despoblación rural y a la merma del
campesinado.
Con la “santa transición” y los pactos de
la Moncloa, España alcanzó una serie de compromisos con las autoridades de la
Comunidad Económica Europea, que la ponían en brazos y al servicio del
liberalismo económico capitalista, debiendo restringir y eliminar todos los
elementos proteccionistas y aranceles que impidieran el desarrollo del libre
comercio.
Los gobiernos de los presidentes Felipe
González Márquez y de José María Aznar, se caracterizaron por las
privatizaciones de empresas públicas, las reconversiones industriales, y la
pérdida completa de nuestra soberanía económica que se entregaba al Banco
Central Europeo y a los poderes de una Unión Europea Neoliberal Capitalista,
que tanto el Partido Socialista Obrero Español, como el Partido Popular,
apoyaban y siguen apoyando.
Este caldo de cultivo, compuso los
elementos necesarios para dar lugar a lo que hoy es una realidad: Con nuestro
100 % del PIB no somos capaces de devolver nuestra Deuda Pública.
¿Cómo se ha generado esa deuda pública?
El sector privado capitaneado por la banca y los grandes mercaderes que
encuentran su altavoz en fundaciones como FAES y otras similares ayudadas por
los relatos arbitrarios de las agencias privadas de calificación
internacionales, vienen a decirnos que la Deuda Pública española es muy alta, y
que esto es culpa de la presencia de un gran sector público. Tratan de ignorar,
que antes de la crisis la Deuda Pública era menor que la Deuda Privada que
protagonizan sus defendidos y representan sus elementos. Al comienzo de la
crisis, el sector bancario amenazó con el desplome de las economías familiares
si no se le ayudaba, debido a que las familias tienen sus nóminas y ahorros en
los bancos y cajas que el Estado acudió a socorrer.
Una vez el Estado intervino en el sector
bancario comprando la parte de la banca privada quebrada por las operaciones inmobiliarias
y el parón de la construcción, la situación se deterioró para el Estado
representada en la creciente y disparatada Deuda Pública. Hubo un traspaso de
las responsabilidades de la Deuda Privada que fueron incorporadas a la Deuda
Pública, saliendo indemne la Deuda Privada, e imputando toda responsabilidad a
la Deuda Pública del Estado.
Es decir, la banca ayudada se comportó
como agente desagradecido, después que el Estado le hubiera ayudado.
La responsabilidad de la crisis económica
la tiene el libre mercado, cuando sus agentes económicos cegados por el lucro y
el exponencial beneficio, invirtieron en el negocio especulativo de la construcción
y sectores de arrastre vinculados al mismo. Se desterraron por inoperativos
numerosos proyectos agropecuarios e industriales, de textil y calzado, para
invertir el dinero derivado de los mismos al tan preciado negocio especulativo
de la construcción.
Los años de bonanza económica se habían
caracterizado por el impulso gubernamental de la derecha al facilitar la
recalificación de terrenos rústicos que se convertían en urbanos por arte de
magia, revalorizando el suelo. Se produjo entonces la venta de los terrenos
públicos a través de una nueva privatización desamortizadora como ya
acostumbran los liberales, hoy neoliberales. Esta fue la magia del mago de las
finanzas del Partido Popular, Rodrigo Rato, hoy caído en desgracia, lo cual no
es de extrañar. Seguro que Pascual Madoz y Mendizabal también hubieran caído por
corrupción, lo que pasa que en el XIX no había medios de comunicación digitales
que dieran acceso a la libre información. La censura existía para proteger los
abusos de poder y favorecer así todos los procesos desamortizadores y
privatizadores.
El mago de las finanzas del Partido
Popular, Rodrigo Rato, terminó lo que Pedro Solbes, anterior ministro de
economía del gobierno “socialista” había comenzado: las privatizaciones de las
empresas públicas relacionadas directamente con los sectores estratégicos de la
economía española. Ellos, que presumían del triunfo de la economía mixta, al
hacer constar la necesidad que estos sectores debían ser públicos, los
terminarían vendiendo ni siquiera al mejor postor, sino a amiguetes. El relato
de la economía mixta había sido enarbolado para hacer frente a la amenaza que
para la oligarquía capitalista occidental era la Unión Soviética. Debían
presentar al mundo una fábula para minar la moral del oriente comunista, hacer
caer al bloque soviético, para hoy quitarse la careta, y aparecer como lo que
son: neoliberales capitalistas.
El programa económico neoliberal
capitalista está basado en la privatización de toda la economía, incluidos los
sectores estratégicos de la economía, y ello tuvo como resultado la pérdida
pública de los beneficios de aquellas empresas que hoy son privadas como lo son
sus beneficios. Beneficios privados empresariales, que hoy la oligarquía
plutócrata destina a la compra de Deuda Pública a través de la compra de bonos
que emite el Tesoro Público.
Antes los beneficios de las empresas
públicas podían destinarse directamente a las necesidades del Estado, ahora ya
no. Ahora una buena parte de esos beneficios empresariales, al subir los
impuestos el Estado, son destinados a paraísos fiscales para evitar pagar
impuestos. Así actúa la oligarquía capitalista.
La privatización total de los sectores
estratégicos de la economía española, como las telecomunicaciones, la energía o
el sector bancario ha hecho mucho daño a nuestro país, lo vemos por la creciente
Deuda Pública a la que hemos llegado, debido a unas nefastas políticas
neoliberales capitalistas representadas por los principales ministros de
economía de los partidos progresista y conservador respectivamente: Pedro Solbes
y Rodrigo Rato, entre otros.
Esto no ha sido todo, también se ha
entregado nuestra capacidad para realizar una política monetaria autónoma y
propia sensible a la realidad de nuestro país. Antiguamente el poder político
estaba situado por encima del poder económico, y este poder político podía
establecer la monetización de la deuda pública, emitiendo nuevos billetes y
monedas que iban destinados al pago de la Deuda Pública.
El poder político podía
mandar imprimir dinero si ello fuera necesario. Lo que se ha hecho con las
políticas monetarias de los países que representan Estados Públicos, ha sido
privatizar sus políticas monetarias, poniéndolas al servicio de la oligarquía
capitalista financiera que quería evitar a toda costa la devaluación de sus
fortunas y sus crecientes beneficios derivados de las privatizaciones
desamortizadoras de las que hablamos.
Hemos asistido a un robo, a una gran
estafa disfrazada con el nombre de democracia que nos ha estrangulado y anulado
nuestra capacidad autónoma de llevar a la práctica nuestra soberanía y autogestión
económica.
De todo ello, han sido responsables los
gobiernos españoles y neoliberales del bloque capitalista de la Unión Europea y
los EEUU. La monarquía capitalista de Juan Carlos representada hoy en su hijo
Felipe, ha sido cómplice e instrumento de la oligarquía plutócrata dominante,
que es la clase responsable que ha sumido nuestro país en el presente endeudamiento
que destaca la prensa.
Para devolver la soberanía y autogestión
económica al pueblo, es necesario revertir todo este proceso de privatizaciones
y entrega de lo público al sector privado, para evitar la privatización de los
beneficios y la socialización de las pérdidas. Al Estado, los neoliberales, lo
han cargado de gastos y cargas económicas que para financiarse necesita de
nuevos y progresivos endeudamientos, sólo porque ellos, los neoliberales, se
han quedado con las empresas públicas estatales que rendían económicamente, y
han convertido los beneficios públicos de las mismas, en beneficios privados
Es la hora compañer@s de revertir este
injusto proceso de expolio al pueblo, pues la Corona de las Españas, fiel
reflejo y símbolo del Comunal Público, que representa S.M. Don Carlos Javier I
de Borbón, no consentiría situaciones de esta clase. En nombre del Rey
legítimo, pedimos y reivindicamos justicia. Nos pondremos al servicio, y
colaboraremos con todas aquellas fuerzas políticas que tengan por objetivo
revertir este proceso privatizador capitalista.
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Fuente: EL PAÍS |
Los liberales, hoy neoliberales,
responden cínicamente por la crisis económica que atravesamos sin hacerse la
pregunta de ¿por qué hemos llegado a esta crisis económica y por qué nos está
afectando tanto?
Se nos explica a los economistas, que los
países durante el antiguo régimen eran dependientes del ciclo climático que
afecta al desarrollo de los cultivos y la productividad de la tierra. En este
sentido, la dependencia era exclusivamente con
el medio ambiente. Cada país desarrollaba su capacidad de autogestión
para alcanzar la soberanía alimentaria desde un punto de vista feudal que se ha
vuelto a poner de moda en las tesis de los economistas decrecentistas
defensores de una economía circular, que promueve el reciclaje y el consumo
necesario y responsable, no superfluo.
En los años 60 España pasó al desarrollismo
dirigido por la tecnocracia franquista. Se trataba de situar el país en el
entorno de las economías occidentales capitalistas y para ello se promovió una
rápida industrialización que afectó a la despoblación rural y a la merma del
campesinado.
Con la “santa transición” y los pactos de
la Moncloa, España alcanzó una serie de compromisos con las autoridades de la
Comunidad Económica Europea, que la ponían en brazos y al servicio del
liberalismo económico capitalista, debiendo restringir y eliminar todos los
elementos proteccionistas y aranceles que impidieran el desarrollo del libre
comercio.
Los gobiernos de los presidentes Felipe
González Márquez y de José María Aznar, se caracterizaron por las
privatizaciones de empresas públicas, las reconversiones industriales, y la
pérdida completa de nuestra soberanía económica que se entregaba al Banco
Central Europeo y a los poderes de una Unión Europea Neoliberal Capitalista,
que tanto el Partido Socialista Obrero Español, como el Partido Popular,
apoyaban y siguen apoyando.
Este caldo de cultivo, compuso los
elementos necesarios para dar lugar a lo que hoy es una realidad: Con nuestro
100 % del PIB no somos capaces de devolver nuestra Deuda Pública.
¿Cómo se ha generado esa deuda pública?
El sector privado capitaneado por la banca y los grandes mercaderes que
encuentran su altavoz en fundaciones como FAES y otras similares ayudadas por
los relatos arbitrarios de las agencias privadas de calificación
internacionales, vienen a decirnos que la Deuda Pública española es muy alta, y
que esto es culpa de la presencia de un gran sector público. Tratan de ignorar,
que antes de la crisis la Deuda Pública era menor que la Deuda Privada que
protagonizan sus defendidos y representan sus elementos. Al comienzo de la
crisis, el sector bancario amenazó con el desplome de las economías familiares
si no se le ayudaba, debido a que las familias tienen sus nóminas y ahorros en
los bancos y cajas que el Estado acudió a socorrer.
Una vez el Estado intervino en el sector
bancario comprando la parte de la banca privada quebrada por las operaciones inmobiliarias
y el parón de la construcción, la situación se deterioró para el Estado
representada en la creciente y disparatada Deuda Pública. Hubo un traspaso de
las responsabilidades de la Deuda Privada que fueron incorporadas a la Deuda
Pública, saliendo indemne la Deuda Privada, e imputando toda responsabilidad a
la Deuda Pública del Estado.
Es decir, la banca ayudada se comportó
como agente desagradecido, después que el Estado le hubiera ayudado.
La responsabilidad de la crisis económica
la tiene el libre mercado, cuando sus agentes económicos cegados por el lucro y
el exponencial beneficio, invirtieron en el negocio especulativo de la construcción
y sectores de arrastre vinculados al mismo. Se desterraron por inoperativos
numerosos proyectos agropecuarios e industriales, de textil y calzado, para
invertir el dinero derivado de los mismos al tan preciado negocio especulativo
de la construcción.
Los años de bonanza económica se habían
caracterizado por el impulso gubernamental de la derecha al facilitar la
recalificación de terrenos rústicos que se convertían en urbanos por arte de
magia, revalorizando el suelo. Se produjo entonces la venta de los terrenos
públicos a través de una nueva privatización desamortizadora como ya
acostumbran los liberales, hoy neoliberales. Esta fue la magia del mago de las
finanzas del Partido Popular, Rodrigo Rato, hoy caído en desgracia, lo cual no
es de extrañar. Seguro que Pascual Madoz y Mendizabal también hubieran caído por
corrupción, lo que pasa que en el XIX no había medios de comunicación digitales
que dieran acceso a la libre información. La censura existía para proteger los
abusos de poder y favorecer así todos los procesos desamortizadores y
privatizadores.
El mago de las finanzas del Partido
Popular, Rodrigo Rato, terminó lo que Pedro Solbes, anterior ministro de
economía del gobierno “socialista” había comenzado: las privatizaciones de las
empresas públicas relacionadas directamente con los sectores estratégicos de la
economía española. Ellos, que presumían del triunfo de la economía mixta, al
hacer constar la necesidad que estos sectores debían ser públicos, los
terminarían vendiendo ni siquiera al mejor postor, sino a amiguetes. El relato
de la economía mixta había sido enarbolado para hacer frente a la amenaza que
para la oligarquía capitalista occidental era la Unión Soviética. Debían
presentar al mundo una fábula para minar la moral del oriente comunista, hacer
caer al bloque soviético, para hoy quitarse la careta, y aparecer como lo que
son: neoliberales capitalistas.
El programa económico neoliberal
capitalista está basado en la privatización de toda la economía, incluidos los
sectores estratégicos de la economía, y ello tuvo como resultado la pérdida
pública de los beneficios de aquellas empresas que hoy son privadas como lo son
sus beneficios. Beneficios privados empresariales, que hoy la oligarquía
plutócrata destina a la compra de Deuda Pública a través de la compra de bonos
que emite el Tesoro Público.
Antes los beneficios de las empresas
públicas podían destinarse directamente a las necesidades del Estado, ahora ya
no. Ahora una buena parte de esos beneficios empresariales, al subir los
impuestos el Estado, son destinados a paraísos fiscales para evitar pagar
impuestos. Así actúa la oligarquía capitalista.
La privatización total de los sectores
estratégicos de la economía española, como las telecomunicaciones, la energía o
el sector bancario ha hecho mucho daño a nuestro país, lo vemos por la creciente
Deuda Pública a la que hemos llegado, debido a unas nefastas políticas
neoliberales capitalistas representadas por los principales ministros de
economía de los partidos progresista y conservador respectivamente: Pedro Solbes
y Rodrigo Rato, entre otros.
Esto no ha sido todo, también se ha
entregado nuestra capacidad para realizar una política monetaria autónoma y
propia sensible a la realidad de nuestro país. Antiguamente el poder político
estaba situado por encima del poder económico, y este poder político podía
establecer la monetización de la deuda pública, emitiendo nuevos billetes y
monedas que iban destinados al pago de la Deuda Pública.
El poder político podía
mandar imprimir dinero si ello fuera necesario. Lo que se ha hecho con las
políticas monetarias de los países que representan Estados Públicos, ha sido
privatizar sus políticas monetarias, poniéndolas al servicio de la oligarquía
capitalista financiera que quería evitar a toda costa la devaluación de sus
fortunas y sus crecientes beneficios derivados de las privatizaciones
desamortizadoras de las que hablamos.
Hemos asistido a un robo, a una gran
estafa disfrazada con el nombre de democracia que nos ha estrangulado y anulado
nuestra capacidad autónoma de llevar a la práctica nuestra soberanía y autogestión
económica.
De todo ello, han sido responsables los
gobiernos españoles y neoliberales del bloque capitalista de la Unión Europea y
los EEUU. La monarquía capitalista de Juan Carlos representada hoy en su hijo
Felipe, ha sido cómplice e instrumento de la oligarquía plutócrata dominante,
que es la clase responsable que ha sumido nuestro país en el presente endeudamiento
que destaca la prensa.
Para devolver la soberanía y autogestión
económica al pueblo, es necesario revertir todo este proceso de privatizaciones
y entrega de lo público al sector privado, para evitar la privatización de los
beneficios y la socialización de las pérdidas. Al Estado, los neoliberales, lo
han cargado de gastos y cargas económicas que para financiarse necesita de
nuevos y progresivos endeudamientos, sólo porque ellos, los neoliberales, se
han quedado con las empresas públicas estatales que rendían económicamente, y
han convertido los beneficios públicos de las mismas, en beneficios privados
Es la hora compañer@s de revertir este
injusto proceso de expolio al pueblo, pues la Corona de las Españas, fiel
reflejo y símbolo del Comunal Público, que representa S.M. Don Carlos Javier I
de Borbón, no consentiría situaciones de esta clase. En nombre del Rey
legítimo, pedimos y reivindicamos justicia. Nos pondremos al servicio, y
colaboraremos con todas aquellas fuerzas políticas que tengan por objetivo
revertir este proceso privatizador capitalista.
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