Estoy a punto de escribir un artículo totalmente demagógico
La muerte violenta del elefante Yongki, todo un símbolo de Indonesia, envenenado esta semana para arrancarle sus colmillos y venderlos, me ha recordado aquella foto que saltó a la fama hace tres años. Sí, la de Juan Carlos de Borbón posando orgulloso tras matar un elefante.
rAFAEL ARENCÓN
29 de septiembre de 2015

Hipopótamo Obaysch, Fotografía tomada por don Juan III en el parque zoológico de Londres, 1852.
La
ilustre Reina Victoria era una amante de la fotografía también.
Ella escribió en su Diario en diciembre de 1852, tras asistir a una
exposición fotográfica en la Society of Arts:
“Un
conjunto de fotos de los animales del Jardín Zoológico, realizadas
por don Juan, el segundo hijo de don Carlos, son casi las mejores de
todas”.
El
Rey Juan III era un entusiasta de la fotografía. Fundó la Royal
Photographic Society y formó parte de su Consejo directivo. Fue el
primer hombre que fotografió un pez vivo. Cuarenta y tres de sus
fotos se muestran en la Colección Real británica.
Tal
vez la foto más conocida de don Juan III sea la del hipopótamo
Obaysch. Había sido capturado en el Nilo en 1850 y enviado a Londres
como regalo de buena voluntad por el virrey de Egipto. A su llegada
la expectación fue enorme pues nunca antes se había visto un
hipopótamo en Europa.
Ahora
es cuando llega el turno de la demagogia. Si yo quiero, puedo
regodearme en la comparación de ambas fotografías. En una, un
gobernante tosco y bon vivant se dedica a matar elefantes como
entretenimiento, mientras su pueblo sufre una crisis económica sin
precedentes.
En
la otra, el legítimo soberano emplea su tiempo en el exilio en una
especie de binomio entre tecnología y ecología; fotografiando
animales nunca vistos por el pueblo y explorando nuevos avances en
I+D.
Es
evidente que yo podría usar estas dos fotos para manipular el
sentimiento y voluntad de las personas. Podría decirles que los
descendientes de aquel Rey sabio y ecológico propiciarán mejoras
en la calidad de vida, garantizarán pensiones más elevadas, etc. Y
que los sucesores de Juan Carlos por el contrario terminarán por
traernos un corralito…
Por
extraño que parezca en una sociedad que pretende ser considerada
madura, la campaña electoral catalana se ha movido en todo momento
dentro de estos dos parámetros: miedo y promesas paradisíacas. No
se ha desviado ni un milímetro de estos dos vectores.
Dicen
que las mentiras ofenden a los inteligentes y a los ignorantes les
dan esperanzas. Si esta campaña electoral te ha ofendido, vota lo
que quieras pero considera dejar de seguirles el juego a los
manipuladores; ganaremos todos.
Rafa
Arencón
rAFAEL ARENCÓN
29 de septiembre de 2015
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Hipopótamo Obaysch, Fotografía tomada por don Juan III en el parque zoológico de Londres, 1852. |
La
ilustre Reina Victoria era una amante de la fotografía también.
Ella escribió en su Diario en diciembre de 1852, tras asistir a una
exposición fotográfica en la Society of Arts:
“Un
conjunto de fotos de los animales del Jardín Zoológico, realizadas
por don Juan, el segundo hijo de don Carlos, son casi las mejores de
todas”.
El
Rey Juan III era un entusiasta de la fotografía. Fundó la Royal
Photographic Society y formó parte de su Consejo directivo. Fue el
primer hombre que fotografió un pez vivo. Cuarenta y tres de sus
fotos se muestran en la Colección Real británica.
Tal
vez la foto más conocida de don Juan III sea la del hipopótamo
Obaysch. Había sido capturado en el Nilo en 1850 y enviado a Londres
como regalo de buena voluntad por el virrey de Egipto. A su llegada
la expectación fue enorme pues nunca antes se había visto un
hipopótamo en Europa.
Ahora
es cuando llega el turno de la demagogia. Si yo quiero, puedo
regodearme en la comparación de ambas fotografías. En una, un
gobernante tosco y bon vivant se dedica a matar elefantes como
entretenimiento, mientras su pueblo sufre una crisis económica sin
precedentes.
En
la otra, el legítimo soberano emplea su tiempo en el exilio en una
especie de binomio entre tecnología y ecología; fotografiando
animales nunca vistos por el pueblo y explorando nuevos avances en
I+D.
Es
evidente que yo podría usar estas dos fotos para manipular el
sentimiento y voluntad de las personas. Podría decirles que los
descendientes de aquel Rey sabio y ecológico propiciarán mejoras
en la calidad de vida, garantizarán pensiones más elevadas, etc. Y
que los sucesores de Juan Carlos por el contrario terminarán por
traernos un corralito…
Por
extraño que parezca en una sociedad que pretende ser considerada
madura, la campaña electoral catalana se ha movido en todo momento
dentro de estos dos parámetros: miedo y promesas paradisíacas. No
se ha desviado ni un milímetro de estos dos vectores.
Dicen
que las mentiras ofenden a los inteligentes y a los ignorantes les
dan esperanzas. Si esta campaña electoral te ha ofendido, vota lo
que quieras pero considera dejar de seguirles el juego a los
manipuladores; ganaremos todos.
Rafa
Arencón
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