El Partido Socialista y el Partido Popular en el Parlamento Europeo, se ponen de acuerdo para votar a favor del TTIP
La aceptación del libre comercio internacional entre la Unión Europea y los EEUU pone de manifiesto que el conjunto de la Unión está sometida a los intereses y designios capitalistas de los yankees.
Legitimista digital
09 de julio de 2015
El día de ayer 08 de julio, las dos grandes fuerzas políticas parlamentarias a nivel europeo, y
las tensiones con Grecia para imponer el tratado
de libre comercio internacional
con los EEUU.
La dinámica
del capitalismo internacional
es favorecer la eliminación de la diversificación local productiva,
favorecer la especialización productiva al mínimo coste, lo que
supone trampas en el juego de la producción para que esta salga
mucho más barata y rentable a costa de disminuir los derechos
laborales, prescindiendo de una legislación medioambiental, y
eliminando cualquier barrera arancelaria o de control que impida por
ejemplo la entrada de alimentos transgénicos.
El
libre comercio al favorecer la especialización
productiva,
agrede la diversificación local productiva, agrede la soberanía
alimentaria, energética, la agricultura ecológica, y el concepto de
kilómetro cero en toda producción, ya que favorece el comercio
injusto a lo largo del planeta.
El comercio
injusto es
aquel lleno de intermediarios, que explota a los productores,
monopoliza su producción y distribución. Es aquel que incrementa
sus beneficios en miles de billones de euros anuales a costa de la
explotación de la tierra, de los trabajadores y del ritmo natural
que estos pueden llevar. El comercio injusto te ofrece un producto
bueno, rico y barato, pero todo el proceso que está detrás de ese
producto es un engaño. Además muchas veces tampoco es bueno, ni es
saludable.
La
idea del kilómetro cero es
incidir en la diversificación productiva a nivel local, para que en
este mismo nivel puedan realizarse las relaciones económicas de
forma autosuficiente, sin necesidad de obligar a desplazar la
producción obtenida a grandes kilómetros de distancia para que allí
sean ofrecidos al consumidor para su venta.
El
Tratado de Libre Comercio choca contra nuestro desarrollo
industrial,
agropecuario, tecnológico, porque la competencia termina llevándose
por delante la industria y el desarrollo local que termina
desamparada.
Los
neoliberales confían en las sinergias
de los mercados,
europeo y americano, pues al romper la barrera del comercio, los
clientes americanos se convierten también en clientes europeos, y
los clientes europeos se convierten también en clientes americanos.
Y por ello las oligarquías de ambos continentes han decidido
finalmente incrementar sus beneficios multibillonarios incrementando
sus clientes, porque ellos sólo ven dinero, donde en realidad se
produce una gran externalización
negativa de
esa denámica económica comercial: el hundimiento del desarrollo
local, la imposibilidad de la diversificación productiva a nivel
local, la amenaza del comercio injusto que rechaza el planteamiento
localista de kilómetro cero, un impacto mayor de la huella
ecológica, una explotación mayor de los recursos ajenos destinados
a una producción
exponencial creciente de escala.
Nos
entristece y al mismo tiempo denunciamos a las
fuerzas pseudosocialistas
europeas por
haber apoyado ese Tratado de Comercio Internacional que tendrá como
consecuencia inmediata rebajas salariales y hundimiento de los
beneficios de las economías locales, así como una mayor agresión
al medio ambiente. Entendemos que las fuerzas políticas neoliberales
fomenten y estén de acuerdo con este tratado, pero no lo esperamos
de aquellos que se dicen socialistas.
Legitimista digital
09 de julio de 2015
El día de ayer 08 de julio, las dos grandes fuerzas políticas parlamentarias a nivel europeo, y
las tensiones con Grecia para imponer el tratado
de libre comercio internacional
con los EEUU.
La dinámica
del capitalismo internacional
es favorecer la eliminación de la diversificación local productiva,
favorecer la especialización productiva al mínimo coste, lo que
supone trampas en el juego de la producción para que esta salga
mucho más barata y rentable a costa de disminuir los derechos
laborales, prescindiendo de una legislación medioambiental, y
eliminando cualquier barrera arancelaria o de control que impida por
ejemplo la entrada de alimentos transgénicos.
El
libre comercio al favorecer la especialización
productiva,
agrede la diversificación local productiva, agrede la soberanía
alimentaria, energética, la agricultura ecológica, y el concepto de
kilómetro cero en toda producción, ya que favorece el comercio
injusto a lo largo del planeta.
El comercio
injusto es
aquel lleno de intermediarios, que explota a los productores,
monopoliza su producción y distribución. Es aquel que incrementa
sus beneficios en miles de billones de euros anuales a costa de la
explotación de la tierra, de los trabajadores y del ritmo natural
que estos pueden llevar. El comercio injusto te ofrece un producto
bueno, rico y barato, pero todo el proceso que está detrás de ese
producto es un engaño. Además muchas veces tampoco es bueno, ni es
saludable.
La
idea del kilómetro cero es
incidir en la diversificación productiva a nivel local, para que en
este mismo nivel puedan realizarse las relaciones económicas de
forma autosuficiente, sin necesidad de obligar a desplazar la
producción obtenida a grandes kilómetros de distancia para que allí
sean ofrecidos al consumidor para su venta.
El
Tratado de Libre Comercio choca contra nuestro desarrollo
industrial,
agropecuario, tecnológico, porque la competencia termina llevándose
por delante la industria y el desarrollo local que termina
desamparada.
Los
neoliberales confían en las sinergias
de los mercados,
europeo y americano, pues al romper la barrera del comercio, los
clientes americanos se convierten también en clientes europeos, y
los clientes europeos se convierten también en clientes americanos.
Y por ello las oligarquías de ambos continentes han decidido
finalmente incrementar sus beneficios multibillonarios incrementando
sus clientes, porque ellos sólo ven dinero, donde en realidad se
produce una gran externalización
negativa de
esa denámica económica comercial: el hundimiento del desarrollo
local, la imposibilidad de la diversificación productiva a nivel
local, la amenaza del comercio injusto que rechaza el planteamiento
localista de kilómetro cero, un impacto mayor de la huella
ecológica, una explotación mayor de los recursos ajenos destinados
a una producción
exponencial creciente de escala.
Nos
entristece y al mismo tiempo denunciamos a las
fuerzas pseudosocialistas
europeas por
haber apoyado ese Tratado de Comercio Internacional que tendrá como
consecuencia inmediata rebajas salariales y hundimiento de los
beneficios de las economías locales, así como una mayor agresión
al medio ambiente. Entendemos que las fuerzas políticas neoliberales
fomenten y estén de acuerdo con este tratado, pero no lo esperamos
de aquellos que se dicen socialistas.
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