Un sector de la Falange se declara de Izquierdas
El grupo dirigido por Ricardo Sáenz de Ynestrillas de "la bandera negra" apuesta por la autogestión desde un socialismo sindicalista y por un tibio federalismo desde arriba que niega la pluralidad de las naciones ibéricas porque mantienen la concepción unitariasta de la "nación española"
LEGITIMISTA DIGITAL
22 de mayo de 2015
El
carlismo y la falange son bien distintos, y aunque el carlismo que
defiendo está en la órbita del Partido Carlista, se trata de un
carlismo de izquierdas, socialista autogestionario, que pretende el
restablecimiento de la confederación de las naciones ibéricas.
Estamos por el derecho de autodeterminación de los pueblos, por las
libertades, por la autogestión territorial, política, económica y
a los distintos niveles de abajo a arriba. Somos monárquicos
legitimistas, defendemos la monarquía socialista y confederal. Para
nosotros la figura del Rey Carlos Javier de Borbón es la del
Defensor del Pueblo. Gracias por la invitación, pero mi interés y
colaboración política no está dentro de la Falange de Izquierdas
sino en el Partido Carlista y en Izquierda Carlista. Los carlistas
hablamos no solamente de las libertades sindicales, sino de las
libertades políticas, de las territoriales, hablamos de las naciones
ibéricas confederadas en la institución de la monarquía ibérica.
El falangismo habla de una nación, España como nación española,
cuando para nosotros los carlistas son las Españas, diferentes
Naciones Ibéricas: Catalunya, Euzkadi, Llión, Galizia, Castilla,
Asturias, Mallorca, València,... Esto no quiere decir que no podamos
encontrarnos en nuestra lucha común contra el régimen plutocrático,
bipartidista caciquil de 1978 junto a otras agrupaciones políticas
de izquierdas.
El Partido Carlista fue uno de los partidos
cofundadores de Izquierda Unida junto al Partido Comunista de España,
y junto al Partido Comunista de los Pueblos de España y otros grupos
socialistas. El Partido Carlista siempre ha defendido las
Constituciones Forales para los ciudadanos de cada una de las
Naciones Ibéricas, y por tanto entendemos que los Fueros no es algo
folclórico, sino que en los mismos se establecen los Derechos de los
Ciudadanos, la Defensa de los Bienes Públicos y Comunales y el
respeto por los antiguos Reinos, Señoríos y Principados de las
Españas que son en realidad las actuales repúblicas ibéricas:
Catalunya, Llión, Euzkadi,... No creemos en los modelos centralistas
jacobinos, porque además son causa del secesionismo. No creemos en
un Estado centralista absorvente, sino en la vertebración
Confederal-Foral que lleve a la recomposición libre a través de la
autodeterminación de los pueblos y Estados de las Españas. Las
Españas no es sólo algo circunscrito a la península ibérica, pues
el iberismo es algo universal que está situado también en las
Españas americanas y las Españas de ultramar. Entiendo y respeto
los procesos políticos internos que han llevado a la Falange a la
oposición primero al régimen franquista y al actual por ser
heredero del anterior.
El Carlismo ya en los años 60 vivió un
proceso político reivindicativo y contestatario contra el régimen
franquista que tuvo como colofón en diciembre de 1968 la expulsión
de la Familia Carlista de los Borbón Parma por el dictador Franco.
Los hijos de los Requetés que no habían vivido la guerra civil,
entendieron como muchos de sus padres que la oligarquía y el
dictador los había utilizado para ganar la guerra civil. Los
carlistas fueron los vencidos dentro del bando vencedor porque
ninguna de sus propuestas políticas fueron tenidas en cuenta dentro
del bando nacional, ni de los gobiernos de Franco. Desde el minuto 1,
cuando los carlistas en el seno del bando nacional intentaron la
creación de una academia militar de tercios de requetés carlistas,
el dictador Franco expulsó a sus líderes Fal Conde y al Príncipe
Regente don Javier de Borbón, futuro Rey Javier I de Borbón para
los carlistas.
Los carlistas se opusieron al Decreto de Unificación
Franquista que establecía la unión política y militar entre
carlistas y falangistas. La negativa a este decreto por parte de los
dirigentes carlistas significó su expulsión bajo amenaza de
comparecer ante un tribunal de guerra. La expulsión fue inmediata.
El franquismo hizo todo lo posible para dar a entender que el
carlismo estaba al lado del régimen autocrático. Para ello se
valieron de desertores y traidores al carlismo, que se habían
integrado en los cuerpos de requetés durante la guerra civil, y que
venían de la CEDA, el Bloque Nacional de Calvo Sotelo o de
Renovación Española. El Carlismo nada tenía que ver con la defensa
que los monárquicos alfonsinos, juanistas y estorilos hacían de la
rama liberal capitalista: Isabel "II", Alfonso "XII",
Alfonso "XIII", Juan "III", Juan Carlos "I"
y el actual impostor Felipe "VI". La actual dinastía
capitalista de los Borbones es cómplice de traición contra los
pueblos y ciudadanos de las Españas.
Los recortes sociales
derechistas, la pérdida de la soberanía económica, política,
sindical, territorial,... las subidas de impuestos a las clases
medias, nos han puesto al borde de la proletarización. El Partido
Carlista quiere ir a un proceso constituyente junto al resto de las
fuerzas políticas de la izquierda como Podemos, Izquierda Unida,
Frente Cívico,... sólo así podremos alcanzar acabar con el
bipartidismo, con el dominio de la oligarquía capitalista y con la
banca usurera y las multinacionales.
Vivan los Fueros y el Rey
Carlos Javier I! Viva el carlismo y el Partido Carlista, y vivan las
Españas!
LEGITIMISTA DIGITAL
22 de mayo de 2015
El
carlismo y la falange son bien distintos, y aunque el carlismo que
defiendo está en la órbita del Partido Carlista, se trata de un
carlismo de izquierdas, socialista autogestionario, que pretende el
restablecimiento de la confederación de las naciones ibéricas.
Estamos por el derecho de autodeterminación de los pueblos, por las
libertades, por la autogestión territorial, política, económica y
a los distintos niveles de abajo a arriba. Somos monárquicos
legitimistas, defendemos la monarquía socialista y confederal. Para
nosotros la figura del Rey Carlos Javier de Borbón es la del
Defensor del Pueblo. Gracias por la invitación, pero mi interés y
colaboración política no está dentro de la Falange de Izquierdas
sino en el Partido Carlista y en Izquierda Carlista. Los carlistas
hablamos no solamente de las libertades sindicales, sino de las
libertades políticas, de las territoriales, hablamos de las naciones
ibéricas confederadas en la institución de la monarquía ibérica.
El falangismo habla de una nación, España como nación española,
cuando para nosotros los carlistas son las Españas, diferentes
Naciones Ibéricas: Catalunya, Euzkadi, Llión, Galizia, Castilla,
Asturias, Mallorca, València,... Esto no quiere decir que no podamos
encontrarnos en nuestra lucha común contra el régimen plutocrático,
bipartidista caciquil de 1978 junto a otras agrupaciones políticas
de izquierdas.
El Partido Carlista fue uno de los partidos
cofundadores de Izquierda Unida junto al Partido Comunista de España,
y junto al Partido Comunista de los Pueblos de España y otros grupos
socialistas. El Partido Carlista siempre ha defendido las
Constituciones Forales para los ciudadanos de cada una de las
Naciones Ibéricas, y por tanto entendemos que los Fueros no es algo
folclórico, sino que en los mismos se establecen los Derechos de los
Ciudadanos, la Defensa de los Bienes Públicos y Comunales y el
respeto por los antiguos Reinos, Señoríos y Principados de las
Españas que son en realidad las actuales repúblicas ibéricas:
Catalunya, Llión, Euzkadi,... No creemos en los modelos centralistas
jacobinos, porque además son causa del secesionismo. No creemos en
un Estado centralista absorvente, sino en la vertebración
Confederal-Foral que lleve a la recomposición libre a través de la
autodeterminación de los pueblos y Estados de las Españas. Las
Españas no es sólo algo circunscrito a la península ibérica, pues
el iberismo es algo universal que está situado también en las
Españas americanas y las Españas de ultramar. Entiendo y respeto
los procesos políticos internos que han llevado a la Falange a la
oposición primero al régimen franquista y al actual por ser
heredero del anterior.
El Carlismo ya en los años 60 vivió un
proceso político reivindicativo y contestatario contra el régimen
franquista que tuvo como colofón en diciembre de 1968 la expulsión
de la Familia Carlista de los Borbón Parma por el dictador Franco.
Los hijos de los Requetés que no habían vivido la guerra civil,
entendieron como muchos de sus padres que la oligarquía y el
dictador los había utilizado para ganar la guerra civil. Los
carlistas fueron los vencidos dentro del bando vencedor porque
ninguna de sus propuestas políticas fueron tenidas en cuenta dentro
del bando nacional, ni de los gobiernos de Franco. Desde el minuto 1,
cuando los carlistas en el seno del bando nacional intentaron la
creación de una academia militar de tercios de requetés carlistas,
el dictador Franco expulsó a sus líderes Fal Conde y al Príncipe
Regente don Javier de Borbón, futuro Rey Javier I de Borbón para
los carlistas.
Los carlistas se opusieron al Decreto de Unificación
Franquista que establecía la unión política y militar entre
carlistas y falangistas. La negativa a este decreto por parte de los
dirigentes carlistas significó su expulsión bajo amenaza de
comparecer ante un tribunal de guerra. La expulsión fue inmediata.
El franquismo hizo todo lo posible para dar a entender que el
carlismo estaba al lado del régimen autocrático. Para ello se
valieron de desertores y traidores al carlismo, que se habían
integrado en los cuerpos de requetés durante la guerra civil, y que
venían de la CEDA, el Bloque Nacional de Calvo Sotelo o de
Renovación Española. El Carlismo nada tenía que ver con la defensa
que los monárquicos alfonsinos, juanistas y estorilos hacían de la
rama liberal capitalista: Isabel "II", Alfonso "XII",
Alfonso "XIII", Juan "III", Juan Carlos "I"
y el actual impostor Felipe "VI". La actual dinastía
capitalista de los Borbones es cómplice de traición contra los
pueblos y ciudadanos de las Españas.
Los recortes sociales
derechistas, la pérdida de la soberanía económica, política,
sindical, territorial,... las subidas de impuestos a las clases
medias, nos han puesto al borde de la proletarización. El Partido
Carlista quiere ir a un proceso constituyente junto al resto de las
fuerzas políticas de la izquierda como Podemos, Izquierda Unida,
Frente Cívico,... sólo así podremos alcanzar acabar con el
bipartidismo, con el dominio de la oligarquía capitalista y con la
banca usurera y las multinacionales.
Vivan los Fueros y el Rey Carlos Javier I! Viva el carlismo y el Partido Carlista, y vivan las Españas!
Vivan los Fueros y el Rey Carlos Javier I! Viva el carlismo y el Partido Carlista, y vivan las Españas!
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