Lo
que en el conflicto armado se ventila es, la negativa de los
carlistas, ante la arbitrariedad unilateral y absolutista de los
liberales que modificaban una Ley fundamental, como era la sucesoria,
sin la participación del pueblo y planteando, con ello, la
reivindicación de las antiguas libertades populares ya muy mermadas
y a punto de ser definitivamente conculcadas por el pacto oportunista
entre los más importantes núcleos de la gran aristocracia y las
oligarquías burguesas procedentes del "doceañismo" y más
tarde partidarias de Isabel II.
Con ello empalmaban con el resurgir
del sentimiento de democracia foral ya apuntado, vivo en la España
de los Habsburgos o claramente manifiesto ya anteriormente en el seno
de las distintas monarquías hispanas, especialmente en el siglo XV.
En las Españas de los Austrias la monarquía pactista estaba
vinculada a viejas tradiciones especialmente vivas en Aragón,
València, Mallorca y Catalunya, unido este hecho
al de la realidad
de las formas constitucionales de los diversos Estados Territoriales
de la monarquía plural que los Habsburgos heredaron de los Reyes
Católicos, se podría hablar de la existencia en esta época de una
Monarquía Confederal con distintas Constituciones propias o Fueros
particulares a cada estado territorial, propiamente dicho.
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