Conmemoración del frustrado ataque carlista a Zaragoza
Cuando los carlistas intentaron entrar el día 5 de marzo de 1838.
Luis negro
06 de marzo de 2015
Un
año más, Zaragoza celebra la Cincomarzada, en conmemoración del
frustrado ataque carlista a la capital del 5 de marzo de 1838. Se
celebra, se reconozca o no, la muerte de más de 300 aragoneses --en
el marco de una guerra civil--, a manos de una masa de zaragozanos,
que alertados de la ocupación de la urbe, se lanzaron contra los
asaltantes, muchos de los cuales --incluido el general defensor de la
plaza, Juan Bautista Esteller-- fueron linchados por la
multitud.
La
historia no es una imagen fija, sino una sucesión de fotogramas,
cuya proyección y visionado conjuntos conforman, según quien la
mire, la realidad. Es cierto que la historia la escriben los
vencedores. Por eso Zaragoza recuerda su "gloriosa victoria"
frente a los carlistas, mientras se ha olvidado, por ejemplo, que el
24 de agosto de 1837, las tropas carlistas derrotaron a las de Isabel
II en una tan memorable como desconocida batalla, que tuvo
lugar en Villar de los Navarros. Una victoria que estuvo a punto de
otorgar la Corona de España a Carlos María Isidro,
legítimo pretendiente.
Y
es que, tras la muerte de Fernando VII, acaecida el 29 de
septiembre de 1833, se hizo público el testamento de Fernando VII,
en el que explicitaba la creación de un consejo de regencia que
presidiría su esposa, María Cristina, hasta que su
hija Isabel II alcanzase su mayoría de edad. Con la
llegada de Isabel II al trono, se producía una clara violación del
derecho de legitimidad sucesoria a la Corona de España. Y ese fue el
detonante que produjo la primera de las tres guerras carlistas que se
sucedieron a lo largo del siglo XIX, hasta la entronización
de Alfonso, en 1874. Durante la denominada Guerra civil
de los siete años (1833-1840) fueron decenas de miles las víctimas
civiles que regaron con su sangre las tierras de España, siendo las
Vascongadas, Navarra, Aragón y el Maestrazgo castellonense donde se
sintió con mayor intensidad.
Decir
que los carlistas se oponían a las libertades y que el ejército
regular, eran adalides incuestionables de su defensa, es una
afirmación carente de fundamentos. Así por ejemplo, los carlistas
defendían la reinstauración de los fueros, que prácticamente
habían sido abolidos con la llegada al trono de España de Felipe
V (1683-1746). Y un modo de organización estatal en el que
las diputaciones de los distintos reinos gestionarían los asuntos de
la ciudadanía. ¿No era este un modelo de gestión cuasi federal,
muy similar al actual?
MÁS
AÚN: muchos de los mandos militares que nutrieron al ejército
carlista se habían distinguido en la lucha contra la invasión
napoleónica (1808-1814) y en la defensa de Zaragoza, como ocurrió
con el general Zumalacárregui. ¿Heroicos defensores de
las libertades cuando lucharon contra Napoleón y
apestados antirrevolucionarios cuando lucharon por la legalidad real?
Otro dato que prueba la proximidad de los carlistas a la población
rural, es que muchos de sus periódicos y bandos se publicaban en las
lenguas propias: euskera, catalán, e incluso aragonés. La defensa
de la religión católica que se ha querido ver como un modo de
expresión contrarrevolucionaria, tuvo su contrapunto en la supresión
por parte del Gobierno de la Regencia de María Cristina de la
mayoría de órdenes religiosas, algunas de las cuales fueron
expulsadas de España, como los jesuitas.
Otras
órdenes, como las Escuelas Pías, se mantuvieron, pues de ellas
dependía la educación en la mayoría de colegios españoles de
primera enseñanza. Las leyes desamortizadoras contra los bienes de
la Iglesia que tuvieron lugar ya durante el trienio liberal
(1820-1823), así como la posterior deMendizábal en
1836. Lejos de dar soluciones, provocaron el enriquecimiento de
nuevos terratenientes que se apropiaron de esos bienes, y abrieron
las puertas a una pérdida patrimonial visible aún hoy en día.
Pero
es que además, el carlismo también trabajó en la defensa de las
libertades durante la dictadura de Franco y fueron
dos militantes carlistas las víctimas del primer atentado perpetrado
por la banda terrorista de los GAL, durante la tradicional y anual
marcha carlista a Montejurra (Navarra) en mayo de 1976. Aragón tuvo
una revista --Esfuerzo común-- de marcada ideología
carlista, que desde 1960, y hasta su desaparición, en 1986, fue el
altavoz de las reivindicaciones forales aragonesas. No era una
revista afín al franquismo y varios de sus números fueron
censurados, de tal modo que a la publicación, se la llegó a conocer
como Secuestro común.
La
Cincomarzada dio a Zaragoza el título de Siempre Heroica,
pero ¿cuándo una guerra la han ganado las personas humildes aun
estando del lado de los vencedores? La sociedad ha avanzado, y
reivindicar hoy las libertades proyectando la problemática social
sobre una imagen estereotipada de un culpable semeja más a una
carnavalada que a la manifestación de una ciudadanía unida que
busca la coexistencia pacífica basada en igualdad, respeto, justicia
e integración.
Fuente: El Periódico de Aragón
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