El Partido Carlista defiende el socialismo autogestionario, la autodeterminación de los pueblos y la confederación. Proponemos la Monarquía democrática y confederal en la Familia Borbón Parma, exactamente en SMC don Carlos Javier I, heredero de SMC don Carlos Hugo I de Borbón Parma.
En los años 77 a 80 uno de sus principales dirigentes
fue el periodista Carlos Carnicero, y en 1986 el Partido Carlista fue
cofundador junto a otros de Izquierda Unida, gracias también al destacado
carlista Juan Francisco Martín de Aguilera Conde de la Oliva de Gaytan y nieto
del Marqués de Cerralbo.
El carlismo
defiende la democracia participativa y los referendos vinculantes. Como
herederos también del pensamiento de antiguo régimen somos contrarios a las
privatizaciones/desamortizaciones de lo público, y defendemos el comunal, no
sólo de los municipios, sino el comunal público.
Luego está la CTC,
Comunión Tradicionalista Carlista, que hace una interpretación del
tradicionalismo político muy "derechista", basado en el dogmatismo católico y en
el autoritarismo, aunque defienden los Fueros y Constituciones de los distintos
Estados ibéricos.
El Partido Carlista
es monárquico socialista legitimista y de izquierdas como nuestros homólogos de
la NAR (Nouvelle Action Royaliste). Entiendo que para la mayoría de la gente de
este país esto es raro, pero el monarquismo democrático socialista es nuestra
propuesta política. No entendemos al Rey como un político, sino como el Alto
Juez de la Corte Suprema de Justicia. No pretendemos Rey absoluto, porque éste
juzgaría de forma colegiada, subsidiaria y siempre en última instancia.
Y aunque la mayoría
de los carlistas son cristianos, yo por ejemplo soy agnóstico, pero no soy el
único. El carlismo siempre fue comunalista, foralista y monarquista, y siempre
bajo el modelo que explica el profesor John Elliot, hispanista
de gran prestigio, se trata de la Monarquía Hispánica como una monarquía
confederal que fue Compuesta, Territorial, Pactista y Polisinodial.
El carlismo
tiene unas referencias hispanistas y de respeto a los diversos pueblos de las
Españas, que el título de nuestro Rey es el de Rey de las Españas, no "Rey
de España". También denunciamos la usurpación del trono por el impostor
heredero del dictador.
Tenemos dos
problemas principales: la derecha capitalista y los ultras reaccionarios. Y a
veces también la incomprensión radical y dogmática de la izquierda convencional
que no entiende que podamos existir monárquicos de izquierdas.
Si, así es. Pero
esto es porque no se nos ha escuchado, y se nos ha estigmatizado.
"Ganamos" la guerra civil, pero perdimos la paz. Militares y
falangistas se aprovecharon del carlismo y los carlistas. Miles de voluntarios
cegados por la Fe salieron al monte
para restaurar la monarquía tradicional, y al final la oligarquía impuso el
capitalismo, la tecnocracia y la rama usurpadora junto a un centralismo atroz.
El carlismo y los carlistas estuvieron contra Franco y su dictadura fascista
desde primera hora, exceptuando unos cuantos colaboracionistas que se
conformaron con el mantenimiento de "el tesoro de la Fe". Nos
traicionó la Jerarquía de la Iglesia y quienes nos habían combatido durante el
siglo XIX, es decir, los liberales desamortizadores y privatizadores. El nuevo
régimen burgués imponía la política del "gatopardo", pactar con el
capitalismo para que todo siga igual. Los carlistas, herederos de comuneros y
germanías, herederos dels maulets y de las tradiciones gremiales y comunalistas
somos la voz histórica contra el capitalismo salvaje y la mercantilización de
la vida.
Nuestro socialismo
viene de la tradición legitimista, y para mejor entendimiento, hasta Carlos
Marx y Engels se hicieron eco del socialismo feudal de los legitimistas.
Nuestro socialismo es precapitalista, y somos de izquierdas porque los
carlistas combatimos a los liberales progresistas y conservadores en los campos
de batalla durante el XIX. Hoy la guerra es dialéctica. Afortunadamente.
Algunas veces se nos pregunta por aquel día del 9 de
Mayo de 1976 cuando los carlistas sufrimos un gran atentado. La extrema derecha se
presentó en aquel Montejurra, símbolo de una batalla ganada a los liberales
durante la tercera guerra. Cuando era ministro del interior Manuel Fraga
Iribarne,
y presidente Carlos Arias Navarro, la extrema derecha en connivencia con el
gobierno Arias quiso aplastar el Carlismo de izquierdas que Carlos Hugo de
Borbón Parma representaba. Su hermano Sixto Enrique fue utilizado por los
ultras y el gobierno para aniquilar las posibilidades crecientes y de prestigio
que en el seno de la oposición antifranquista tenía el Carlismo. Llamados
Hugonotes de forma despectiva por los parciales juanistas, estorilos y
juancarlistas, el Carlismo tuvo una de sus principales pruebas en aquel
infructuoso y luctuoso día 9 de mayo de 1976, cuando se presentaron miembros de
la triple A, y pistoleros de la extrema derecha argentina, italiana y francesa,
como Jean Pierre Cherid, uno de los que luego colaboró en la guerra sucia
contra ETA y formaría parte de los GAL. El caso es que asesinaron a dos
carlistas: Aniano Jiménez Santos, y Ricardo García Pellejero. Ambos carlistas
de izquierdas. También los ultras dispararon sobre la multitud y hirieron a la
multitud allí presente.
Los medios de comunicación lo presentaron como una
pelea entre hermanos Carlos Hugo y Sixto, dos príncipes franceses peleados por
el trono de España. Las cosas no fueron como se contaron, pero los medios de
comunicación trabajaron muy bien para los servicios secretos. Los carlistas
denunciaron los hechos luctuosos del Montejurra 76, y los asesinatos
terroristas considerados las víctimas como víctimas del terrorismo. Eso sí, del
terrorismo de estado.
Por eso seguimos en
la lucha, con nuestra propuesta política e ideológica. A ver si la gente
despierta y deja de vernos como ultras, lo que no somos. Al contrario el
carlismo y los carlistas hemos sido víctimas de esos ultras con los que se nos
confunde.
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