"José María Aznar y Miguel Blesa; amigos íntimos por Caja Madrid"
Miguel Blesa y sus correos electrónicos han dejado en evidencia su gestión al frente de
Caja Madrid, los cuales manifiestan que los dirigentes del PP impusieron decisiones, inversiones
millonarias innecesarias, pidiendo tratos de favor para amigos y conocidos. El Partido Popular a través del gobierno y su influencia actual de dominio sobre los poderes del Estado, no está dejando trabajar en el ejercicio y competencias legítimas al Juez Elpidio Silva, que dictó sentencia de prisión para Blesa por su gestión en Caja Madrid por la compra de un banco en Florida y la concesión de un préstamo al expresidente de la CEOE, Gerardo Díaz Ferrán. El Juez Silva requisó los correos electrónicos de los implicados mencionados, y los poderes del Estado dirigidos por el Partido Popular buscan la inhabilitación del Juez Elpidio Silva, a quién el fiscal del caso ya le ha llamado la atención. Así vemos como la Fiscalía en lugar de dejar trabajar al Juez se posiciona en defensa de los corruptos, de los ladrones de guante blanco, de todos estos sinvergüenzas. Cuando llegue el Rey Carlos Javier I nos encargaremos de la Fiscalía. Volviendo al tema sobre esas comunicaciones que han sido más de 8.000 correos
personales y profesionales a las que ha tenido acceso el periódico EL PAÍS, prueban la
batalla por el poder de Caja Madrid que libraron en 2009 dos sectores del PP
enfrentados. Por un lado Aguirre pretendía sustituir a Blesa por Ignacio González, presidente autonómico. El otro lo encabezaba
desde el Ayuntamiento el entonces alcalde, Alberto Ruíz Gallardón partidario de Blesa.
Los correos deprenden como fue José María Aznar quien puso a Blesa al frente de Caja Madrid con el objetivo posterior desugerir inversiones
multimillonarias en obras de arte; cómo dirigentes del PP pedían favores
hipotecarios para sus conocidos; y cómo el Gobierno autonómico ordenaba colocar
a determinadas personas en consejos de administración o adquirir los derechos
de retransmisión de los partidos del Real Madrid.
La batalla
política más descarnada por el poder sobre Caja Madrid comenzó en el otoño de 2009.
Esperanza Aguirre, cuando era presidenta de la Comunidad de Madrid, intentó
apartar a Miguel Blesa, al que había colocado José María Aznar al frente de la
entidad financiera en 1996. El amigo del expresidente había caído en desgracia
y Esperanza Aguirre pretendió sustituirle por Ignacio Gonzalez
entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid. Aguirre se encontró con la
oposición de una parte de la izquierda política representada en los órganos de
Caja Madrid y, sobre todo, de un sector del PP dirigido por el entonces
alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, que tenía a varios representantes en el
consejo de administración y en otros órganos de control de la entidad
financiera.
Algunos correos
que recibía Miguel Blesa estaban relacionados, con algún favor
que pedían dirigentes políticos de todo signo, aunque abundan los que proceden
de dirigentes del PP. Esperanza Aguirre se preocupaba por problemas
hipotecarios de algún amigo y conocido, y Blesa ordenaba investigar lo
ocurrido. Como ejemplo sirve un correo que manda uno de los principales
ejecutivos de Caja Madrid a Blesa, en el que le informa de que se ha
refinanciado la hipoteca de una persona “por quien se interesó el alcalde José
María Álvarez del Manzano”.
En otras,
con operaciones multimillonarias aconsejadas por el amigo que le había regalado
el puesto. José María Aznar le pidió embarcar a Caja Madrid en la compra de la colección de Gerardo Rueda. Blesa hizo todas las gestiones necesarias, ordenó
negociar y estuvo a punto de consumar una operación que le hubiera costado a la
entidad financiera más de 100 millones de euros. Al final no se hizo,
fundamentalmente por la oposición del actual jefe de la Casa del Rey, Rafael
Spottorno.
La entonces presidenta autonómica tampoco fue ajena
a la petición de favores a los responsables de Caja Madrid en relación con
dificultades de conocidos en relación a distintos préstamos de la entidad
financiera. En uno de ellos, el director general de Caja Madrid, Matías Amat,
informó a Blesa: “Cliente referido por Esperanza Aguirre que decía que no le
atendíamos. No parece que fuera cierto. Cliente con dificultades”. Junto al
mensaje, Amat remite un informe interno a Blesa con las incidencias del
préstamo correspondiente al recomendado de Esperanza Aguirre
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