
Estos socialistas, ni son socialistas ni van con los derechos del pueblo, ni con sus creencias, ni con nada. Son unos auténticos incoherentes y unos hipócritas. En lugar de presentarle cara al capital, a la gran banca y a las multinacionales. En lugar de impedir la salida de capitales, influyendo para que se limiten los movimientos de los mismos, imponiendo una tasa financiera a esa circulación de capitales. En lugar de imponer una subida de impuestos a la plutocracia y de apretarle bien las tuercas, en lugar de bajar los impuestos a la clase media, reduciendo el IVA, en lugar de luchar contra el despido libre en los contratos, y favorecer un diálogo real en una cámara pública donde se reunan patronal y sindicatos. Nuestro gobierno progressnob se dedica a dárselas de progresista, quizá amenazando con imponer el nuevo tipo de contratación laboral facilitando el despido libre, traicionando así a toda su masa de electores y votantes. Porque debemos ser certeros, y aseverar que el PSOE ha traicionado vilmente a todo su electorado, y ahora para seguir detentando la etiqueta de progresista, acomete medidas estúpidas, intolerantes, intransigentes contra todo tipo de sentimientos y manifestaciones religiosas que tienen lugar en el fenómeno de la religiosidad civil y popular. ¡Estos no se acuerdan de la guerra civil!. Precisamente por sus estupideces anticlericales, y sobretodo antirreligiosas, tuvieron que enfrentarse a una buena parte de labradores y campesinos católicos llamados carlistas.
Las leyes gubernamentales que pretenden limitar el espacio de las manifestaciones religiosas populares, culturales y cívicas son un tremendo error. Porque no son símbolos únicamente religiosos, sino que son símbolos y referentes de unión tradicional de los diferentes pueblos de las Españas. Igual que estos progressnobs son tan tolerantes y tan condescendientes con las libertades de ciertos colectivos, deberían darse cuenta que el resto de ciudadanos también tenemos derechos a que se nos respete, nuestras manifestaciones y nuestras creencias, y por tanto que podamos manifestarlas a la luz pública, y no como pretende este gobierno reducirnos a pieza de museo.
Una vez más el PSOE demuestra que ni es socialista ( Pablo Iglesias, su fundador tenía mucho más respeto por la Religión Católica y las manifestaciones religiosas populares, que el respeto que tienen hoy los gobernantes dirigidos por José Luís Rodríguez Zapatero ), ni se preocupa por las lamentables condiciones sociales y económicas que estan viviendo los habitantes de las Españas. Porque es posible que antes no pudiéramos llegar a fin de mes, pero es que ahora la situación es de paro generalizado. Las personas quedan en paro, les han quitado el trabajo, y también les quieren arrebatar de alguna manera sus creencias religiosas, al retirar crucifijos de los colegios, o al impedir los honores al Santísimo durante la Celebración del Corpus en la Imperial Ciudad de Toledo. Son ejemplos de intolerancia religiosa amparada en el poder gubernamental y público.
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