Nuestra agricultura es muy costosa debido a la mayor dependencia creciente de agrotóxicos, pesticidas, y fertilizantes. Resulta paradójico, pero en épocas pasadas eramos mucho más fieles a la agricultura ecológica de lo que somos hoy. Así y todo nuestros agricultores han salido a la calle el sábado a exigir entre otras cosas el final de los abusos de los intermediarios del producto agricola, que son los culpables del incremento desmesurado de los precios agrarios. Además, si por un lado el gobierno del PSOE ha ayudado con su intervención crediticia a la Banca y a otros sectores, no entiendo por qué no se realizan politicas similares en ayuda del campo. Ahora bien, no se trata de subsidiar por subsidiar sino racionalizar las ayudas y canalizarlas bien, para fomentar un desarrollo agrario ecológico autosustentablemente sostenible.
Esta situación la llevamos denunciando los carlistas desde hace más de 175 años de historia carlista, y es que con los liberales en el poder político, las medidas siempre han sido contrarias al sector primario y en concreto al agropecuario, ya que siempre fueron partidarios del desarrollo del comercio, la industria y las finanzas, aunque solo fuera para contradecir a la propia naturaleza humana y su siempre dependencia con respecto a los productos agrarios, y al mundo rural que preconizaba el carlismo.
Los gobiernos, lejos de ayudar al desarrollo de las principales actividades agrarias está en la labor de entorpecerla, cuando el sector agrario debería ser la base de una economía ecológicamente sostenible. Una economía basada en los recursos naturales que disfrutamos en España.
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